Hace varios meses compré una baraja de cartas de verbos en inglés.
Durante este tiempo, al inicio de cada semana colocaba cinco cartas a la vista, en un tablón de corcho. B sólo tenía que leerlas cada mañana, nada más, no había ninguna tarea de memorizar a propósito. Durante toda la semana esas cartas estaban a la vista y a la semana siguiente las cambiaba por otras.
La baraja completa rotó varias veces.
Ahora pasamos a la segunda parte de la actividad y vamos a comprobar cuántos verbos han quedado aprendidos.
La baraja ha entrado en una de las educajas.
Por la parte de atrás de cada carta he pegado una etiqueta en la que he escrito el infinitivo de cada verbo (al principio dudé si poner la traducción, pero luego pensé que era mejor hacerlo así).
La actividad consiste en presentar las cartas por detrás y escoger un par de ellas cada día, al azar, puede ser con los ojos tapados, que eso le da un aire más de juego.
Sin mirar, tiene que escribir las tres formas verbales de los verbos que le han tocado.
Si falla en alguno no pasa nada, lo ponemos en el montón de verbos a repasar y comenzaremos con ellos otra vez como al principio.