Escribía en
esta entrada sobre la necesidad de simplificar el aprendizaje de mi hijo para centrarnos en esas pocas cosas que creemos imprescindibles y dejar de lado otras que nos ocupan tiempo y no le aportan mucho.
Hay varias cuestiones que los adultos (padre y madre) consideramos básicas:
- Aprendizaje de la religión
- Matemáticas
- Lenguas
Y hay otras que B ha propuesto:
- Sus proyectos
- Tecnología
Añadimos ofimática porque pensamos que en el mundo en el que vivimos nuestro hijo tiene que saber manejarse en procesadores de texto, presentaciones digitales, etc.
A esto le dedica un rato a la semana, practicando ejercicios de un curso online.
Nuestra religión, el Islam, es mucho más que sólo una religión en el sentido espiritual. Es una forma de vida que abarca todas nuestras facetas, una forma de comportarnos, unos principios que dirigen a la persona, a la familia y a la sociedad.
No es una asignatura que empieza y acaba a una hora, sino que nos acompaña siempre.
Aún así, y precisamente por lo esencial que es para nosotros, tiene su tiempo de aprendizaje, reflexión e interiorización.
Y por ser lo más importante, es lo primero a lo que dedicamos el día.
Tengo pendiente escribir algunas cosas sobre cómo B realiza este aprendizaje y también la novedad de que a partir de ahora incluímos aquí lo que sería la asignatura de lengua española.
Queda pendiente.
Matemáticas... hasta ahora hemos estado siguiendo el programa escolar que a B le correspondería por edad. Pero ya no.
Vamos a dirigir este aprendizaje a la resolución de problemas, es decir, la parte útil para la vida diaria.
Problemas inventados o situaciones reales que surgen cada día.
Lenguas: En inglés no hay cambios, seguimos como siempre.
En árabe tenemos actividad de copia y lectura y el uso del idioma de forma natural en la vida diaria.
Francés hace tiempo que quedó aparcado en el sentido de estudio formal, pero B lee a veces o ve la tele en este idioma.
Y el español, que en este momento es su idioma dominante, sale de las fichas y del programa escolar... Contaré cómo lo hacemos.
Los proyectos de B, los temas sobre los que él ha pedido aprender libremente, están resultando de lo más interesante y a través de ellos está tocando materias muy variadas.
Por eso no es necesario incluir tantas cosas en horarios rígidos ni parcelar mucho por asignaturas.
Todo está relacionado de una manera mucho más natural y son cosas que se aprenden siguiendo los propios intereses o simplemente de la vida.
Y tecnología son los ratos que dedicamos a los experimentos, que a B le entusiasman.
Nos dedicamos ahora a aparatos, máquinas, dispositivos, inventos... Un rato de lectura y después experimentar sobre lo leído.
Quedan fuera bastantes de las cosas con las que empezamos hace meses y que a B ya no le han interesado más.
De esta manera estamos más centrados, desaparece la sensación de perder el tiempo y B tiene más horas libres para sus cosas.