14 de diciembre de 2017

Inventa el problema


Una de las cosas que he podido observar en matemáticas es la automatización de las operaciones aritméticas con muy poca reflexión a veces sobre el por qué de lo que se está haciendo.
Los niños aprenden a sumar, restar, multiplicar y dividir sin saber en muchas ocasiones lo que significa todo eso. Se puede ver cuando les presentas una serie de problemas para resolver y te encuentras con que no saben qué tienen que hacer para encontrar la solución.
¿De qué sirve saber hacer cálculos si luego no sabes cuándo o cómo tienes que usarlos para resolver siruaciones reales o imaginarias?

Con el tiempo la mayoría de los niños aprenden también qué operación usar para resolver esos ejercicios de problemas. Algunos lo habrán comprendido realmente y a otros se les enseña a buscar pistas en los enunciados, si aparecen determinadas palabras es que hay que hacer tal operación (aquí escribí sobre esto).

Hay una actividad en matemáticas que estoy presentando estos días a mi hijo y que veo que ser capaz de hacerla sí implica comprender realmente qué son y para qué sirven las diferentes operaciones aritméticas: Inventa el problema.

Se trata de entregar al niño una operación concreta (en nuestro caso sin resultado porque no es importante para lo que pretendo) y pedirle que a partir de ella sea él quien invente el enunciado y la pregunta del problema.

Al principio se quedó bastante sorprendido porque no es lo habitual en fichas y libros de matemáticas e incluso no sabía muy bien qué era lo que tenía que hacer. Estaba empeñado en resolver la operación porque pensaba que saber el resultado le ayudaría a inventar el problema.
Realmente resolver la operación no afecta para nada, quiero decir que tampoco pasa nada si la resuelve, pero preferí insistir en que no lo hiciera para no verse condicionado a la hora de imaginar, quise que se centrase solamente en las dos cantidades presentadas y el signo aritmético entre ellas. 

En eso estamos estos días; con sumas, restas, multiplicaciones y divisiones (tipo 354+14, 105x13, 1194:12... cosas así).
Él inventa situaciones de la vida cotidiana, de cosas que le gustan y a mí me sirve para comprobar si está comprendiendo.




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