B detesta las matemáticas abstractas. Cada vez que intentamos hacer algo en su librito que no sean matemáticas concretas es un rato de desgana y mal humor.
Por ese motivo hemos dejado de lado polinomios, ecuaciones, etc. Y cada vez nos centramos más en matemáticas de la vida cotidiana.
Ya he compartido en el blog algunas actividades de este tipo que hemos hecho anteriormente.
Esta vez ha estado haciendo cálculos a partir de los recortes de un folleto de ofertas del supermercado.
A partir de un porcentaje de descuento ha ido averiguando cuáles eran los precios iniciales antes de la oferta.
Y después, para cada producto le he puesto preguntas en las que ha tenido que usar medidas de capacidad, regla de tres, medidas de peso...
Para mí es más trabajo preparar así actividades dirigidas de matemáticas, pero merece la pena por lo que ganamos en tranquilidad.
Las otras matemáticas, las abstractas, serán necesarias si quiere aprobar algún examen para sacarse un título. Pero queda un poco lejos todavía y ni siquiera sabemos cuál de las opciones disponibles elegirá para continuar su formación a partir de los 16 años.
Así es que seguiremos centrados en esta manera de trabajar.
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