27 de junio de 2019

Otras formas de aprender idiomas


A raíz de mi última entrada sobre el inglés, vengo con más reflexiones acerca del aprendizaje de los idiomas.

Mi hijo comenzó a aprender francés con 5 años porque en aquel momento estaba escolarizado en un colegio bilingüe.
Al comenzar con el aprendizaje en casa, me propuse tirar para adelante con todos los idiomas (que en aquel momento ya eran varios) de la mejor forma que pude.
Hasta que hace cosa de un año B decidió que él ya no necesitaba ni quería seguir "aprendiendo" francés porque ya sabía el idioma (aquí lo conté).
Se refería al aprendizaje formal del idioma, porque en este tiempo hemos seguido haciendo actividades con material en francés y él encantado de la vida.

Así es que me ha parecido interesante compartir cosas que hacemos en otros idiomas, sin que el objetivo principal sea aprender esa lengua, pero que sin duda favorecen ese aprendizaje al aumentar nuestro vocabulario y darnos más soltura.

Al principio no se me ocurrió nunca seguir blogs de aprendizaje en familia ni buscar material en otros idiomas y no sabía lo mucho que me estaba perdiendo.
Hay muchísimo material en inglés listo para imprimir (como en la foto superior), también en francés. Recurrir a ello, aunque estemos trabajando el tema que sea en español, nos da variedad y nos facilita el aprendizaje de nuevas palabras.

Tener libros de consulta en varios idiomas enriquece muchísimo. Aunque en este caso sí es necesario que al menos algún miembro de la familia se maneje en ese idioma porque para palabras y frases se puede usar un traductor, pero para textos largos ya es poco práctico.
Nosotros llevamos mucho tiempo ya con el libro Découvre notre monde (ya lo he mencionado muchas veces en el blog) y creo que es el libro más mirado de la casa (junto con otro también en francés sobre los alimentos, y eso que mi hijo dijo que ya no quería seguir aprendiendo francés...).

Las revistas en otros idiomas son otro recurso que recomiendo.
Durante varios meses hemos recibido en casa la revista Pandacraft (también he escrito varias veces sobre ella) y la hemos leído de una manera muy natural, en plan ocio y no como una manera de aprender el idioma y sin embargo nos ha ayudado a seguir aprendiendo.

Otra cosa que tenemos en casa y que aconsejo aprovechar a quien también lo tenga: la tele internacional.
Ver programas en otros idiomas, incluso las mismas series que B ya veía en español y que se emiten en otros países, nos acerca a otras lenguas desde el ocio y el entretenimiento. Y sin que se lo proponga, resulta que aprende a pronunciar y a entender con la velocidad normal con que se habla en la vida real.

Y todas estas cosas no le han producido el rechazo que en su día le causó el aprender francés de una forma más programada.
Pero es necesario que nosotras, las madres, seamos las primeras en perder el miedo a usar recursos y materiales en otros idiomas.

 


24 de junio de 2019

Cómo va con el inglés


Después de leer y comentar en el blog de Marvan sobre algo relacionado con los idiomas, me he dado cuenta de que hace tiempo que no comparto cómo va B con su inglés. Y ahora que estamos llegando al final de los objetivos planteados y cerca de las vacaciones de verano, es un buen momento de hacer balance.

Desde entonces sus avances con este idioma han sido en casa y tengo que decir que estamos más que satisfechos con sus progresos. Teniendo en cuenta que nosotros (sus padres) no dominamos el idioma y lo más que podemos hacer es proporcionarle los medios que están a nuestro alcance, todo lo demás es mérito de él.

Sus avances básicamente se deben a ver vídeos y series en inglés, de esto no tengo ninguna duda.
Es un niño que no tiene ningún problema en ponerse a mirar algo en inglés si el tema le interesa mucho, incluso si en un principio no entiende casi nada, eso no le echa para atrás. Y este ha sido el gran beneficio.

La mayoría de estos meses busqué para él series por capítulos que veíamos juntos cada día en ratos de unos 15 minutos, casi todas ellas las he ido compartiendo en el blog.
Pero últimamente se me acabaron las opciones de calidad y lo hemos sustituído por ratos de tele en inglés.
Lo que veo es que el vocabulario que va aprendiendo por libre es mayoritariamente inglés americano (¿alguien cree que es un problema? ¿es más adecuado inglés británico?...).

En paralelo a esto, usamos libros de texto (que hasta ahora nos están regalando, hay que aprovechar oportunidades...) porque incluyen audios, porque al menos los nuestros tienen a veces propuestas interesantes, porque me parece importante también saber leer y escribir además de hablar... y porque a mí me facilitan mucho la vida en esta materia que no domino tanto como otras.

A día de hoy no puedo decir que mi hijo domina el inglés, pero sí que va muy avanzado y sobretodo que es un niño capaz de mantener una conversación en inglés sin miedo y creo que esa seguridad es muy importante.


13 de junio de 2019

¿Conductores o aislantes?


Hoy hemos tenido uno de esos experimentos que tanto aprendizaje proporcionan porque permiten a los niños sacar conclusiones por sí mismos en vez de decirles de antemano lo que va a ocurrir.
Si habéis visto los experimentos de este estilo que llevamos haciendo las últimas semanas, veréis que son cosas muy sencillas y que su valor está en observar y anotar lo que vamos encontrando.

Esta vez se trataba de comprobar si ciertos materiales son conductores de la electricidad o aislantes.
Se puede incluso hacer el experimento sin explicar primero estos conceptos.

Lo primero que hizo B fue montar un circuíto con su Electrokit; con pilas, bombilla e interruptor.
Después quitó uno de los elementos encajables para dejar el circuíto abierto.
Y a partir de ahí se trataba de probar con ciertos objetos propuestos en las instrucciones que seguía: un clavo, madera, plástico, papel de aluminio...
B iba colocando el objeto de tal forma que uniese los dos puntos no conectados del circuíto y anotaba en la tabla si se encendía o no la bombilla.


Luego, observando los resultados de su tabla, ha razonado, ha deducido y ha sacado conclusiones.
Es una forma estupenda de aprender.


12 de junio de 2019

Construir maquetas


A mi hijo no le gustan las manualidades.
Así, de manera general, no le entusiasma para nada cuando en alguna de sus actividades le pongo algo de este tipo para hacer.
Esas propuestas que veo en otros espacios de estudiar un tema de historia y hacer una manualidad relacionada, estudiar un tema de ciencia y hacer una manualidad relacionada, aprender la geografía de un país y hacer una manualidad relacionada... no tienen demasiado éxito en mi casa.
Lo cierto es que B lo hace si forma parte de sus tareas programadas, pero muchas veces son cosas que se van acumulando aquí y allá, van dando vueltas por los sitios y terminan olvidadas o en la papelera.

Sin embargo, sí me parece importante el proceso de crear (ya sea libre o dirigido) y construir.

Las maquetas para montar son una buena alternativa y las hay de muchos tipos: piezas de construcción, puzzles, figuras de papel para recortar y pegar...
También los temas son muy variados y es fácil encontrar alguno que sea del agrado de cada niño.

Las cosas importantes que veo que mi hijo trabaja:
- Paciencia y concentración.
- Destreza manual.
- Perseverancia y tolerancia a la frustración. Cuando algo no sale o se rompe, se intenta otra vez.
- Trabajo en equipo porque muchas veces participamos los demás si él lo necesita.
- Interpretar instrucciones que muchas veces son sin palabras, sólo esquemas y dibujos.
- Aprender a seguir una secuencia de pasos y un orden determinado.

Cuanto más esfuerzo cuesta, mayor es la satisfacción al conseguirlo.



11 de junio de 2019

Charlie y la fábrica de chocolate


El entusiasmo por los libros de Bat Pat se fue tan rápido como vino. El segundo libro, incluso, se quedó a medias (B nunca tiene que leer un libro a la fuerza, si alguno no le gusta pasamos a otro).

Volvimos a Roald Dahl, un autor con el que siempre hemos acertado hasta ahora. Sus historias fuera de lo habitual, con toques alocados y estrambóticos a veces, divierten mucho a B.
Esta vez le tocó a Charlie y la fábrica de chocolate, creo que su libro más conocido.
B no ha visto la película, aunque ya sabía de qué iba la historia, pero tuvo el mismo éxito que si le hubiera pillado de nuevas.
Ha leído con gusto y se ha metido de lleno en la aventura.

Hay varias ediciones de este libro. Nosotros hemos optado por la versión gratuita que se puede descargar desde internet y la lectura ha sido en pantalla.
Para el próximo volveremos al papel.


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