30 de julio de 2019

Steve el novato y las ganas de leer


Decía en la entrada anterior que B todavía no ha leído ningún libro por propia voluntad. No es que le obliguemos a leer, él lee de buena gana todas las lecturas que forman parte de sus actividades diarias y nunca tiene que terminar un libro que no le guste. Pero en sus ratos libres ponerse a leer un libro no es una opción para él.

O no lo era...

Descargué varios libros en la tablet, entre ellos había dos de Minecraft (el juego que le tiene enganchado últimamente). Le comenté que había descargado unos libros para él, pero no le dije más.
Un rato después bajó emocionado y me dijo que ya había leído el primer capítulo del Diario de Steve el novato. Él solo, sin que nadie le dijese que tenía que leer.

Al día siguiente me dijo que quería leer.
Se sentó a mi lado porque quería volver a leer el primer capítulo otra vez, ya que yo me lo había perdido. Le gusta leerme en voz alta.
Terminó el primer capítulo y me dijo: ¿Puedo leer otro?
Alucinada me quedé... Claro, puedes leer todo lo que quieras.
Con mucho entusiasmo leyó el segundo capítulo y al terminarlo... Voy a leer otro más.
Y con las mismas ganas terminó el tercer capítulo. Ahí lo dejó, hoy seguirá.

No voy a entrar en la calidad literaria del libro. Cuenta las aventuras de Steve en el mundo de Minecrfat, escrito en forma de diario. De momento no hay nada que me haya parecido mal, es una historia de aventuras en un mundo ficiticio.
La novedad es que mi hijo ha pedido leer.


25 de julio de 2019

El mensaje de maese Zamaor

Es la segunda vez (aquí la primera) que B lee un libro ambientado en la corte de un antiguo rey; con aventuras, intrigas y traiciones. Y otra vez le ha gustado mucho este tipo de historia que nos sitúa en una época lejana, sin especificar cuál, y que nos mete de lleno en la vida de los castillos y los súbditos del rey y cómo viven unos y otros.

El mensaje de maese Zamaor está escrito por Pilar Molina Llorente y editado por SM dentro de la colección Barco de Vapor.

El protagonista es el pintor de la corte, al que se le asigna la peligrosa misión de llevar un mensaje secreto al rey del país vecino.
Vivirá peligros de los que conseguirá salir airoso para poder cumplir con el encargo que le han asignado.

Personalmente, creo que la trama de la historia se podría haber desarrollado más y el resultado podría haber sido un libro con muchas más páginas, pero quizá existe la creencia de que los libros dirigidos al público infantil no deben ser demasiado largos.
A pesar de esto, la historia nos ha gustado mucho a los dos (B sigue prefiriendo leer en voz alta) y darme cuenta de qué tipo de libros le gustan más me servirá de guía para ir eligiendo los siguientes. Lo suyo sería que él seleccionase los libros que quiere leer pero, como he comentado alguna vez, B no lee aun por iniciativa propia, espero que esto cambie con el tiempo.


18 de julio de 2019

Recursos educativos: oficinas de turismo


En la página web de las principales ciudades (y también muchos pueblos) hay una sección sobre turismo en la que te puedes descargar bastantes folletos informativos.
Pero no es plan de gastar tanta tinta.
Así es que hoy quiero compartir un recurso gratuíto para aprender sobre geografía, historia, naturaleza... de España.

Se trata de las oficinas de turismo.
Todas ellas suelen tener, como decía, folletos vía internet. Pero algunas, además, tienen la opción de pedir documentos por correo postal.
Y las que no tienen directamente esa opción, sí cuentan con una dirección de correo electrónico en la que podemos preguntar si nos podrían mandar a casa algunas de sus publicaciones.

Lo mejor, para llevar un orden, es seleccionar una comunidad autónoma y entrar en la web de la oficina de turismo de cada provincia para hacer nuestra petición.
Para empezar yo no lo he hecho así y he ido tanteando por aquí y por allá para ver cómo responden.

De momento he recibido desde Soria todo lo que se ve en la foto inicial: plano, mapa, lugares de interés, rutas, espacios naturales (con especies características) y una guía de arte románico (que incluye una breve historia y características, además de monumentos representativos).
De Gijón y de Vitoria me respondieron diciéndome que me mandarán cosas.
Y en algunas otras me han respondido que no, que por correo postal no mandan nada.
Pero por intentarlo que no quede.

Si vais a viajar, no perdáis la oportunidad de entrar en las oficinas de turismo y coger folletos, libritos y mapas.
Si tenéis familia o amigos que van a viajar, pedidles que os traigan material de este tipo.

¿Qué podemos hacer después con esto?
Montones de cosas, según la imaginación de cada cual.
Para empezar, podemos clasificar todo en carpetas por comunidades autónomas y utilizarlo como material de apoyo junto a libros, mapas que tengamos en casa, banderas, tarjetas de ríos, montañas, etc.
Es una forma interesante de aprender sobre nuestro país.
También podemos hacer collages, pósters, lapbooks, desplegables, libritos temáticos hechos por los niños, cuadernos interactivos...
Podemos hacer viajes imaginarios (o reales), diseñar nuestras rutas, programar el tiempo necesario, qué cosas queremos ver, por qué lugares vamos a pasar, dónde podríamos comer o dormir, cuánto valen las entradas, hacer un presupuesto con los gastos estimados...
Es una buena manera de aprender por proyectos.

Hay otro recurso relacionado con este que creía que ya había compartido en el blog, pero no lo encuentro, supongo que lo compartí sólo por instagram: los catálogos de las agencias de viajes (que también son gratis y traen información muy variada sobre ciudades y países).



14 de julio de 2019

Grupos de familias


En una entrada anterior os comenté que seguramente volvería a referirme al Boletín Paideia en Familia varias veces más porque me había inspirado en algunas cuestiones para escribir sobre mi experiencia o impresiones.

Una de esas cuestiones es la necesidad de formar parte de algún grupo de familias homeschoolers.

En una de las secciones del boletín, Paloma contesta a la pregunta de otra madre acerca de la conveniencia de encontrar otras familias que educan en casa para participar en encuentros y actividades compartidas.
No voy a contestar aquí a esa pregunta porque ya lo hace Paloma muy bien en su libro (os remito a él para leerlo), pero sí quiero contar mi propia vivencia sobre ello.

Lo primero, deciros que no pertenezco a ninguno de esos grupos, que nunca he participado en ninguno y que nunca he tenido alguno cerca (ni siquiera familias homeschoolers, que yo sepa).

Sí que ha habido momentos en los que he sentido la necesidad de integrarme en algún grupo ya organizado, por dos motivos.

Sólo tengo un hijo que no tiene cerca otros niños no escolarizados.
Él a veces me ha preguntado y yo he creído entender que a lo mejor necesitaba a esos otros como referencia para no sentirse raro.
Actualmente B ya sabe de otros niños como él por los blogs que seguimos, vídeos de youtube, redes sociales... Sabe que no es el único y eso ya es suficiente.

El otro motivo es que yo a veces veía en internet encuentros de familias que habían ido a visitar tal fábrica, habían hecho tal taller, habían ido a una exposición o habían participado juntos en algún evento... y a mí me parecía que nos estábamos perdiendo mucho.
Ahora ya sé que se pueden hacer cosas en grupo (aunque no sean familias homeschoolers) sólo dedicando algo de tiempo a buscar información sobre actividades variadas.

Pero lo cierto es que sí hubo un tiempo en que yo sentía la necesidad de integrarme en uno de esos grupos de familias.
Mi marido, sin embargo, no opinaba como yo.
Para él era algo demasiado forzado. Le parecía que las relaciones entre las personas tenían que surgir de una manera mucho más natural y que seguramente no íbamos a tener casi nada en común con esas otras familias (aparte de la circunstancia de educar en casa).

Aun así, yo un día me lancé y me puse en contacto con la responsable de un grupo que no estaba cerca, pero tampoco demasiado lejos. Quizá una vez al mes sí que podríamos quedar con ellos y participar en alguna actividad interesante.
Tardó bastante en responder y cuando lo hizo fue para decirme que el primer requisito era tener una especie de entrevista o charla conmigo para ver si yo iba a encajar en el grupo y luego pues ya veríamos si éramos admitidos o no.
A mí aquello me dejó bastante fría, la verdad, me sentí como si tuviera que pasar un proceso de selección.
No es ese el tipo de relación que yo me imaginaba ni lo que yo estaba buscando.
Entendí a mi marido cuando me decía que iba a ser algo forzado y artificial. Efectivamente, así lo vi.

Supongo que sus motivos tendrán para hacer esto, pero mi forma de entender las relaciones sociales es justo la contraria. Yo primero acojo y si más tarde surge algún conflicto o problema, pues entonces ya me planteo si a lo mejor no hay conexión o intereses afines con esa persona.
Bueno, al final no entramos en el grupo y así seguimos, por libre.


9 de julio de 2019

Un libro participativo


Parece que últimamente nos cuesta encontrar buenas lecturas para B. Aunque la mayoría de las veces, como en este caso, son libros que no aportan casi nada, ni bueno ni malo (lo cual, por desgracia, es de agradecer, ya que a veces hemos caído en lecturas pésimas y de mal gusto, así es que lo mediocre se va convirtiendo en lo menos malo).

Sin embargo, este libro sí tiene una novedad que me parece muy acertada para enganchar a su lectura: los lectores participan en las aventuras porque en cada capítulo se nos pide que encontremos pistas, resolvamos enigmas, descifremos mensajes secretos... hay que estar muy atentos a las ilustraciones y fijarse muy bien en todo.

Las aventuras de los detectives del faro es un libro de Klaus Bliesener y está editado por Planeta & Oxford.

A mí personalmente me ha parecido que tiene una trama muy floja, aunque valoro mucho la forma en la que se implica a quien está leyendo con esos retos capítulo a capítulo. Pero a mi hijo le ha dado mucha pena terminarlo, cosa que me ha sorprendido porque en ningún momento ha dado señales de que le estuviese gustando tanto... Ya veis, cada uno tiene sus gustos.


8 de julio de 2019

Deportes


Una de las cosas que podemos encontrar en el Boletín Paideia en Familia es una serie de consejos e ideas para hacer un dossier.
Yo ya llevo varios en estos últimos años. En ellos guardo actividades escritas de B, agendas, diarios y varios registros. Pero al leer el artículo del boletín me di cuenta de que se ma había pasado incluir las actividades de deporte.
Así es que lo dejo registrado ahora y sólo me queda imprimir esta entrada para meterla en el archivador (una de las cosas que incluye nuestro dossier son muchas de las entradas que publico en el blog y que voy imprimiendo por meses).
Aquí os contaba el botón que uso para imprimir las entradas en pdf sin que salgan las columnas laterales del blog.

Creo que es muy importante llevar un diario de aprendizaje que incluya todo lo que se hace cada día porque ese aprendizaje va mucho más allá de las actividades programadas y hay cosas interesantes que surgen de manera espontánea y merecen quedar registradas junto a las demás por todo lo que aportan.
Como en mi caso, el tema de los deportes que se me había pasado por alto.

En Octubre del año pasado apuntamos a B a clases de natación. Fue un par de días a la semana durante unos seis meses.
Desde que abrieron la piscina de verano en nuestro pueblo, sigue practicando la natación por libre.
Pidió una pala de pádel y muchas veces va a la pista a practicar, también por libre.
En esta entrada de hace semanas compartí en el blog el uso que hace del parque con aparatos de actividad física.
Suele salir casi a diario con su bicicleta, por lo tanto, también practica ciclismo.

Y seguramente habrá más tipos de ejercicios físicos que practica de manera no dirigida, fuera de las actividades programadas. Por eso es importante observar e ir recogiendo todo lo significativo que ocurre cada día y así, al releerlo, comprobaremos que se hacen muchas más cosas de las que creemos.



5 de julio de 2019

Primer Boletín Paideia en Familia


Llevo años leyendo a Paloma en su blog Paideia en familia. Supongo que ya lo conocéis, pero si queda alguna interesada en la educación en familia que todavía no ha pasado por este blog, no tardéis en visitarlo porque es uno de los imprescindibles del homeschool en español.

Hace pocos días llegó a mis manos el Primer Boletín Paideia en Familia y hace pocos días terminé de leerlo.
En cuanto lo empecé me pasó una cosa curiosa, tenía ganas de leerlo hasta el final, me enganchó tanto que me costaba parar. Pero al mismo tiempo no quería que terminara, me daba pena acabarlo demasiado pronto.

Os cuento un poco.
A mí lo del boletín me sonaba a algo en plan revista, pero no, esto realmente es un libro.
Quiero decir que no es una simple recopilación de información, sino que está escrito de una manera muy personal y es una delicia leerlo.
He tenido todo el tiempo un boli de colores a mi lado para ir subrayando citas, frases inspiradoras, recomendaciones, cosas para investigar... ¡hasta lo he garabateado! 
Sin duda volveré a leerlo, seguramente varias veces.

En el boletín hay muchas cosas interesantes. Pero si me tengo que quedar sólo con una, el diario durante un mes completo ayuda mucho a imaginar cómo puede ser la vida cotidiana de una familia que educa en casa, es una manera de sentirnos acompañadas cuando dudamos sobre si nuestros días están bien aprovechados o cuando pensamos que ciertas cosas sólo ocurren en nuestra casa.

Y otra cosa que me ha pasado con esta lectura es que me ha inspirado para escribir algunas entradas en el blog a partir de nuestra experiencia, así es que seguramente volveré a referirme al boletín alguna vez más.

Si estáis interesadas, podéis pasar por el blog de Paloma o buscarlo en Amazon.



4 de julio de 2019

Aprendizaje autodirigido

Este vídeo me ha resultado muy inspirador.
Se puede encontrar el equilibrio entre esos mínimos que los padres decidimos que nuestros hijos deben saber y al mismo tiempo proporcionarles espacio, tiempo y libertad para que ellos elijan qué es lo que quieren aprender y cuáles son sus intereses.
Llegar a este punto requiere muchas veces de varios años haciendo las cosas de otra forma ya que abandonarse a no controlar y confiar en ellos, en que el aprendizaje sucede sin nosotras, no siempre es sencillo. Hay muchos miedos, desconfianzas, inseguridades... porque si algo no resulta como se espera vendrá alguien a decirnos que fue culpa nuestra.
Pero ese aprendizaje autónomo o autodirigido es sin duda el más valioso.
Este es el camino (no el del vídeo exactamente, pero sí algo similar) que deseo para los próximos meses.





2 de julio de 2019

Altibajos


Apenas estamos acabando las últimas cuestiones pendientes, y con mi hijo en modo vacaciones de verano, y yo aquí planeando cosas para el próximo "curso".
¿Soy la única incapaz de desconectar?

Una de las cosas que me planteo es el tema de la lectura.

Lo cierto es que hasta ahora B no ha cogido ningún libro para leer por propia voluntad.
Él lee, conforme, lo que le toca ya que no está obligado a leer ningún libro que le desagrade. Pero lee porque forma parte de sus actividades programadas.
En su tiempo libre la lectura no es una opción de momento.

Y el título de altibajos se refiere a la lectura en voz alta, que empezamos con muchas ganas y terminó decayendo hasta desaparecer.
Ahora, pensando sólo en la calle y en la piscina, no es buen momento para retomarlo con ganas y atención por su parte.
Nos ha pasado varias veces con diferentes cosas, comenzar con muchas ganas y de repente perder el interés.
Y el tema de la lectura en voz alta me parece tan fundamental para abordar libros de calidad que él solo nunca escogería...

Ocurrió en el mes de mayo.
Empezábamos las mañanas con Heidi (historia a la que estaba completamente enganchado al principio), yo leía y B escuchaba.
Hasta que noté que había dejado de prestar atención, que estaba distraído y con la cabeza en otras cosas.
A veces le preguntaba por algo que acababa de leerle y resulta que no se había enterado de nada.
Era Ramadan, a mí se me secaba la boca al leer y no podía beber por el ayuno, y aquello me irritaba muchísimo.
Así es que la actitud de los dos no era la mejor y terminamos dejando la lectura en voz alta.

Y ahora me planteo:
¿Lo retomamos a la vuelta del verano? ¿Lo intentamos de nuevo? ¿Merece la pena leer cuando no se hace por gusto sino por cumplir un programa?


1 de julio de 2019

Otro archivador más


¿Se puede medir el aprendizaje en número de hojas archivadas?

Al principio guardaba los trabajos escritos de mi hijo y junto a los recuerdos que dejo publicados en el blog, para mí era más que suficiente.
Pero después vi la necesidad de empezar a registrar más cosas (objetivos, organización, planes, salidas, lecturas...). Todo por si alguna vez hay que enseñárselo a "alguien", demostrar que no perdemos el tiempo, que hacemos cosas, que mi hijo aprende.

Una nueva carpeta, además de varios cuadernos y libros de actividades, pasa al estante junto a la del 2015, 2016, 2017...

Trocitos de vida en un archivador.


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