Apenas estamos acabando las últimas cuestiones pendientes, y con mi hijo en modo vacaciones de verano, y yo aquí planeando cosas para el próximo "curso".
¿Soy la única incapaz de desconectar?
Una de las cosas que me planteo es el tema de la lectura.
Lo cierto es que hasta ahora B no ha cogido ningún libro para leer por propia voluntad.
Él lee, conforme, lo que le toca ya que no está obligado a leer ningún libro que le desagrade. Pero lee porque forma parte de sus actividades programadas.
En su tiempo libre la lectura no es una opción de momento.
Y el título de altibajos se refiere a la lectura en voz alta, que empezamos con muchas ganas y terminó decayendo hasta desaparecer.
Ahora, pensando sólo en la calle y en la piscina, no es buen momento para retomarlo con ganas y atención por su parte.
Nos ha pasado varias veces con diferentes cosas, comenzar con muchas ganas y de repente perder el interés.
Y el tema de la lectura en voz alta me parece tan fundamental para abordar libros de calidad que él solo nunca escogería...
Ocurrió en el mes de mayo.
Empezábamos las mañanas con Heidi (historia a la que estaba completamente enganchado al principio), yo leía y B escuchaba.
Hasta que noté que había dejado de prestar atención, que estaba distraído y con la cabeza en otras cosas.
A veces le preguntaba por algo que acababa de leerle y resulta que no se había enterado de nada.
Era Ramadan, a mí se me secaba la boca al leer y no podía beber por el ayuno, y aquello me irritaba muchísimo.
Así es que la actitud de los dos no era la mejor y terminamos dejando la lectura en voz alta.
Y ahora me planteo:
¿Lo retomamos a la vuelta del verano? ¿Lo intentamos de nuevo? ¿Merece la pena leer cuando no se hace por gusto sino por cumplir un programa?
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