Después de llegar a la isla de Java, casi nos acercábamos ya al final de nuestro viaje con Ibn Battuta.
No hemos hecho punto por punto lo mismo que él, que fue mucho, sino que hemos seguido este artículo de National Geographic, leyendo al mismo tiempo que consultábamos el atlas con los mapas actuales.
En la última etapa nos hemos adentrado en Rusia y después hemos conocido una ciudad tan diferente como Tombuctú (en la actual Mali).
Vídeos:
En el último vídeo hemos podido conocer la figura del toledano Ali Ben Ziyad que tuvo que huir de España (su país) a causa de las persecuciones que sufrieron los musulmanes españoles. Se llevó con él su valiosa biblioteca personal, que terminó en Tombuctú.
Qué pena me da pensar que esa biblioteca podría haber quedado en España. Qué poco conocemos y valoramos una parte importante de nuestra historia y qué poco reconocimiento le damos a personas muy importantes, que hicieron grandes cosas, y que son más conocidas fuera que dentro.
El propio Ibn Battuta no está reconocido como debiera.
En el artículo que mencionaba arriba se le llama el mayor viajero de la Edad Media y se dice sobre él:
Ibn Battuta fue un viajero incansable, un observador atento y un peregrino piadoso que improvisaba en función de los acontecimientos. Su inquietud por el conocimiento le llevó más lejos de lo pensado y lo hizo desviarse de su destino original en muchas ocasiones. Recorrió tres veces más distancia que Marco Polo, el veneciano que viajó por el imperio mongol a finales del siglo XIII, y muchos más kilómetos también que otros viajeros mediavales como el granadino Abu Hamid y el valenciano Ibn Yubayr (ambos del siglo XII), el tunecino Ibn Jaldun (unos decenios posterior) o el diplomático español Ruy González de Clavijo, que visitó la corte de Tamerlán en Samarcanda a principios del siglo XV.
No hay más que fijarse en los mapas de sus viajes.
Este es el que he encontrado buscando en internet:
Y este es el que viene en el libro que estamos siguiendo:
La diferencia es imprtante y ha sido un tema de conversación entre B y yo.
Hay muchas cosas que aprender y una de ellas es el espíritu crítico ante la forma en que nos cuentan las cosas (o las cosas que no nos cuentan).
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