Tenemos en casa dos catálogos de Ikea, el de España y el de Marruecos.
El otro día le propuse a B hacer una actividad con ellos.
Eligió cinco productos y buscó su precio en cada catálogo. En una tabla que yo le dibujé en su cuaderno fue anotando estos datos.
Entonces le pedí que averiguase en cuál de los dos países eran más caros.
En su tabla inicial los precios estaban en diferente moneda (dirhams y euros) y le expliqué que para hacer la comparación teníamos que tener los precios en la misma moneda.
Lo primero que le pedí fue pasar los euros a dirhams.
Él pensó que la cosa era tan fácil como borrar la e de euros y cambiarla por una d de dirhams y con eso ya estaba hecho el cambio.
Le expliqué que las monedas tienen diferente valor y para que lo entendiera mejor nos paramos a pensar que no podemos comprar las mismas cosas con un euro que con un dirham.
El cambio estaba a 10,75 dirhams cada euro, así es que vimos que había que multiplicar para pasar todo a dirhams.
Algunos cálculos eran complicados para hacerlos en papel, así es que lo hizo todo con la calculadora (aprender a usar la calculadora también es importante).
Elaboró así una segunda tabla que nos sirvió para comprobar que los productos son más caros en Marruecos, a mayor precio mayor diferencia.
¿Por qué?
Repasamos geografía y situamos los productos saliendo de algún almacen de Suecia. A simple vista le fue fácil darse cuenta de que el viaje a España era más corto que a Marruecos.
Podíamos suponer que a más kilómetros, más gastos de transporte.
¿Pero eso era todo?
Una interesante charla sobre las fronteras y los pagos de impuestos en las aduanas nos dio otra de las claves para explicar la diferencia de precios.
La verdad es que fue una actividad muy interesante a través de la que reflexionamos sobre otros asuntos además de las matemáticas.
Terminó con una tercera tabla en la que hizo la operación inversa: pasar todos los precios a euros, para lo cual tuvo que dividir (también con la calculadora).
Excelente actividad. Yo pensaba que en Marruecos, al tener menos poder adquisitivo (en general), los productos serían más baratos ahí.
ResponderEliminarLos productos nacionales, por lo general, no son caros. Pero las cosas que vienen de fuera sí lo son.
EliminarAquí la clase media casi no existe, hay diferencias económicas muy grandes. Y hay ciertos productos que están dirigidos a un público muy concreto y para el resto de la gente son inalcanzables.
¡Que buena actividad y qué directamente relacionado con la vida! Genial.
ResponderEliminarTambién yo hubiera pensado que allí sería más barato.....
Pues esta tienda de muebles no.
EliminarAdemás en los productos más caros (tipo sofás, etc.) la diferencia es notable.
Nos ha resultado curioso a todos esta comparación de precios.
A mí también me ha parecido una actividad muy buena. Pues fíjate que yo pensaba que los productos costarían lo mismo en todas partes.
ResponderEliminarPues no. Nosotros compramos a veces en Ikea de Bélgica (mi marido viaja bastante allí por trabajo) y también hay algunos euros de diferencia, aunque pocos.
EliminarLa actividad estuvo muy bien. Me hizo gracia cuando pensó que sólo con cambiar el símbolo de la moneda ya estaba hecho el cambio.
Un beso.