A raíz de mi última entrada sobre el inglés, vengo con más reflexiones acerca del aprendizaje de los idiomas.
Mi hijo comenzó a aprender francés con 5 años porque en aquel momento estaba escolarizado en un colegio bilingüe.
Al comenzar con el aprendizaje en casa, me propuse tirar para adelante con todos los idiomas (que en aquel momento ya eran varios) de la mejor forma que pude.
Hasta que hace cosa de un año B decidió que él ya no necesitaba ni quería seguir "aprendiendo" francés porque ya sabía el idioma (aquí lo conté).
Se refería al aprendizaje formal del idioma, porque en este tiempo hemos seguido haciendo actividades con material en francés y él encantado de la vida.
Así es que me ha parecido interesante compartir cosas que hacemos en otros idiomas, sin que el objetivo principal sea aprender esa lengua, pero que sin duda favorecen ese aprendizaje al aumentar nuestro vocabulario y darnos más soltura.
Al principio no se me ocurrió nunca seguir blogs de aprendizaje en familia ni buscar material en otros idiomas y no sabía lo mucho que me estaba perdiendo.
Hay muchísimo material en inglés listo para imprimir (como en la foto superior), también en francés. Recurrir a ello, aunque estemos trabajando el tema que sea en español, nos da variedad y nos facilita el aprendizaje de nuevas palabras.
Tener libros de consulta en varios idiomas enriquece muchísimo. Aunque en este caso sí es necesario que al menos algún miembro de la familia se maneje en ese idioma porque para palabras y frases se puede usar un traductor, pero para textos largos ya es poco práctico.
Nosotros llevamos mucho tiempo ya con el libro Découvre notre monde (ya lo he mencionado muchas veces en el blog) y creo que es el libro más mirado de la casa (junto con otro también en francés sobre los alimentos, y eso que mi hijo dijo que ya no quería seguir aprendiendo francés...).
Las revistas en otros idiomas son otro recurso que recomiendo.
Durante varios meses hemos recibido en casa la revista Pandacraft (también he escrito varias veces sobre ella) y la hemos leído de una manera muy natural, en plan ocio y no como una manera de aprender el idioma y sin embargo nos ha ayudado a seguir aprendiendo.
Otra cosa que tenemos en casa y que aconsejo aprovechar a quien también lo tenga: la tele internacional.
Ver programas en otros idiomas, incluso las mismas series que B ya veía en español y que se emiten en otros países, nos acerca a otras lenguas desde el ocio y el entretenimiento. Y sin que se lo proponga, resulta que aprende a pronunciar y a entender con la velocidad normal con que se habla en la vida real.
Y todas estas cosas no le han producido el rechazo que en su día le causó el aprender francés de una forma más programada.
Pero es necesario que nosotras, las madres, seamos las primeras en perder el miedo a usar recursos y materiales en otros idiomas.
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