Los días avanzan sin muchas novedades para compartir en el blog (aunque sí a nivel personal).
La falta de conexión a internet hace que dediquemos el tiempo a otro tipo de cosas.
Las salidas al parque por las tardes se han convertido en una rutina que le está dando a B mucha soltura con el idioma y con sus destrezas físicas, además de otros aprendizajes, aprendizajes de la vida.
El otro día tuvimos un "percance" en el parque: un niño llorando porque alguien le había pegado, una niña delatora que señalaba a B como culpable, varios niños que aseguraban que él no había sido y una madre nerviosa y enfadada que buscaba al causante de las lágrimas de su hijo.
B confesó que había sido él, pero aseguraba que fue sin querer, un accidente, no lo había hecho a propósito... Pidió perdón.
Pero la madre, ofendida, me dijo que eso no bastaba, que pedir perdón no era suficiente.
Supongo que esperaba que yo le diese algún azote a mi hijo y como no lo hice se marchó de allí deseándonos que a mi hijo le ocurriese algo malo.
A pesar de todo puedo ponerme en el lugar de esa madre y reconocer ese sentimiento que tenemos tantas veces las personas cuando alguien nos hace daño. Desear que el otro sufra y llore aunque su dolor no disminuya ni un poquito el nuestro.
Puede que lo veamos como una forma de buscar justicia y creamos que así nuestro disgusto será más llevadero.
Mientras redacto mentalmente esta entrada una fila de coches circula lentamente camino del cementerio, acompañando a un hombre a su próximo destino en el fondo de la tierra.
Creo que pensamos demasiado poco en la muerte, a la que todos llegaremos. Si pensásemos más en ella cambiaría nuestra perspectiva sobre muchas cosas.
Pues sí, lamentablemente no pensamos bastante en lo que realmente importa. No se puede vivir siempre pensando en la muerte, tampoco hace falta. Pero sí que en los momentos de problemas o conflictos deberíamos pensar más en si aquello realmente vale la pena agobiarse o enfadarse o no. Pero creo que el ser humano es así, solo ve las cosas cuando realmente le pasan.... somos un poco tontos jajaja.
ResponderEliminarSupongo que forma parte de nuestra naturaleza comportarnos como si nos fuesemos a quedar aquí para siempre. Tener presente que todo es pasajero creo que ayuda en los malos momentos o a dar una importancia relativa a las cosas.
EliminarSupongo que forma parte de nuestra naturaleza comportarnos como si nos fuesemos a quedar aquí para siempre. Tener presente que todo es pasajero creo que ayuda en los malos momentos o a dar una importancia relativa a las cosas.
EliminarHola Maribel. Me alegro de verte de nuevo por aquí.
ResponderEliminarEs cierto que si pensáramos más en la muerte nos cambiaría la perspectiva de muchas cosas. Yo sí pienso, es algo que tengo en la cabeza desde pequeña, siempre he pensado en ello. Tal vez ciertas cosas no se reparen con un "perdón", pero tu hijo no lo hizo a propósito y además se disculpó ¿qué más podía hacer?. Desde luego lo que no se puede esperar es que tu le riñas y mucho menos le dieses un azote por eso. Desde luego lo que tuvo mala intención fueron las palabras de esa mujer. Opino que deberíamos dejar a los niños un poco más libres para resolver sus conflictos.
Estoy segura de que tu niño está aprendiendo bien el idioma ¡qué maravilla!
Un abrazo muy fuerte.
Mi niño avanza muy rápido con el francés y está aprendiendo también a enfrentarse a situaciones nuevas que creo que le pueden aportar muchísimo.
EliminarLa verdad es que sí le regañé porque jugar en plan bruto puede traer daño para él o los otros. Pero más allá de eso creo que no se merecía nada más. Él no es un niño de pegar a otros, si fuera así ya tomaría las medidas necesarias. Pero al ser algo puntual y pedir perdón, para mí bastó. Para ella no. Bueno, supongo que las lágrimas de nuestros hijos provocan estas cosas.
Estoy pasando unos días en Marruecos y me conecto con el wifi de mis suegros. Creo que finalmente viviremos en Bélgica (otra vez), pero esto ya lo contaré otro día.
Te leo cuando puedo aunque no pueda comentar.
Un beso.
Mi niño avanza muy rápido con el francés y está aprendiendo también a enfrentarse a situaciones nuevas que creo que le pueden aportar muchísimo.
EliminarLa verdad es que sí le regañé porque jugar en plan bruto puede traer daño para él o los otros. Pero más allá de eso creo que no se merecía nada más. Él no es un niño de pegar a otros, si fuera así ya tomaría las medidas necesarias. Pero al ser algo puntual y pedir perdón, para mí bastó. Para ella no. Bueno, supongo que las lágrimas de nuestros hijos provocan estas cosas.
Estoy pasando unos días en Marruecos y me conecto con el wifi de mis suegros. Creo que finalmente viviremos en Bélgica (otra vez), pero esto ya lo contaré otro día.
Te leo cuando puedo aunque no pueda comentar.
Un beso.
Dice mucho de ti que te pongas en la piel de la otra madre y trates de entender sus sentimientos. Es justo lo que debería aprender a hacer ella. Y como reflexionas, sabiendo que sólo estamos de paso, deberíamos invertir nuestras energías en hacer del mundo y sitio mejor y más plagado de sonrisas y amabilidad.
ResponderEliminarBesotes!
Hola guapa.
EliminarLa verdad es que el mundo podría ser mejor si pusiésemos más empeño en ello.
Varios días antes mi niño recibió un golpe en la cabeza en el mismo parque, fue algo parecido, otro niño jugando en plan bruto que supongo que lo hizo sin intención. Pero en este caso no hubo disculpas ni lloros. Mi hijo lo asumió como accidnte de juego, jeje, y no dijo nada hasta la noche.
Bueno, no me gusta que pegue ni que le peguen, imagino que como a la mayoría de nosotras. Pero creo que no es lo mismo cuando es algo puntual que cuando es habitual. No pensé que mereciera un castigo y menos aun un azote. Pero la verdad es que me dio pena el otro niño. Es lo que hacen las lágrimas de los peques, que nos revuelven por dentro. Como el mio no lloró pues nadie tuvo pena de él.