En esta entrada de hace unos días os contaba que hemos comprado el libro ¿Dónde crece el dinero?, de Laura Mascaró.
Hoy mi hijo, por propia voluntad, ha comenzado a leer las primeras páginas de lo más entretenido. Y eso que él no es un niño muy aficionado a la lectura y no suele elegir libros (excepto algunos muy concretos) para sus ratos de ocio. Así es que eso ya es algo muy a favor de este libro.
Estas primeras páginas las comento porque ya están circulando por internet, básicamente en Amazon, compartidas por personas que compraron el libro y opinan sobre él e incluso la propia autora. Se agradece poder leer un fragmento cuando compras online para tenerlo más claro y no comprar a ciegas.
Resumiendo mucho, el chico protagonista de estas primeras páginas sale a pescar todas las mañanas porque "si no pescas, no comes". Al principio pesca con sus manos hasta que se da cuenta de que con una red conseguiría más peces con menos esfuerzo. Y ahí comienza su plan, del cual no voy a contar nada más para no desvelar el argumento del libro.
Una vez leídas estas primeras páginas, B y yo hemos empezado a comentar y opinar sobre lo que se planteaba en el libro.
Mi marido nos escuchaba y se unió a la conversación diciendo "esto fue lo que yo hice un verano".
Y así nos contó que hace muuuchos años, compró una red y salió a pescar cada día durante tres meses. Con el dinero que sacó de vender los peces se mantuvo a sí mismo durante todo ese tiempo (era muy joven), pagó sus gastos, se compró ropa nueva y consiguió ahorrar algo.
B, en cambio, ante la situación hipotética de pescar muchos más peces de los que necesitas para comer, pensó en congelarlos y salir a pescar solo un día a la semana. De esta forma tendría mucho tiempo libre e iría sacando del congelador los peces según los fuera necesitando para alimentarse.
Son dos perspectivas muy distintas fruto, no solo de la edad y de la experiencia, sino también de una forma diferente de ver las cosas.
En principio nos podría parecer más beneficioso lo que hizo mi marido. Pero las ganancias no tienen por qué ser siempre materiales, dinero o mercancía, hay otras cosas que también tienen mucho valor, como el tiempo libre para dedicarlo a otras cosas que te gustan o necesitas.
Lo importante es qué vas a hacer con eso que estás ganando y cómo lo vas a usar.