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28 de febrero de 2017

La historia de las telecomunicaciones con Mobi y Fono


Hemos instalado en la tablet la aplicación (o libro interactivo) Descubriendo las Telecomunicaciones con Mobi y Fono, de la Fundación Telefónica.
Aunque está enfocado a los niños, yo creo que es un recurso para usar en familia ya que grandes y pequeños podemos aprender mucho.

Tengo que reconocer que lo instalé hace tiempo, pero lo borré porque no me gustó mucho la imagen un tanto grotesca que se da de la prehistoria. Ahora me alegro de haberle dado otra oportunidad.
Hoy mismo hemos estado con el capítulo dedicado al telescopio (muy relacionado con nuestro estudio de la Tierra), los dos juntos en el sofá. Leyendo en voz alta, jugando y parando de vez en cuando para preguntar y explicar cosas.

Tenemos una historia por capítulos contada por el teléfono Mobi y su abuelo Fono.
En las pantallas interactivas hay que encontrar estrellas que sirven para conseguir cromos. Estos, a su vez, nos dan más información o nos explican cosas curiosas.
Además hay elementos que al pulsarlos nos proporcionan datos interesantes o nos permiten ver el funcionamiento de algunos inventos.
A través de este libro interactivo conocemos cómo han cambiado las telecomunicaciones desde la antigüedad y descubrimos a inventores, científicos y sus aportaciones.
Y para hacerlo más entretenido están los juegos en los que hay que ir superando pruebas o descubriendo enigmas.

No puedo dar todavía una opinión final porque hace pocos días que estamos con ello, pero de momento nos está gustando bastante.
Se puede instalar desde este enlace (donde también se pueden descargar los cromos del libro).

Una forma amena y diferente de aprender historia.






25 de febrero de 2017

Historia para niños pequeños (sin libro de texto y sin programa)

Geometría en el aprendizaje sobre la antigua Grecia.

Hemos tenido como guía diversos libros para aprender historia que han ido cambiando por temporadas hasta llegar a un punto en el que definitivamente funcionamos de una manera más espontánea y menos forzada.
Esto quiere decir sin un libro que seguir en plan programa.

Hay muchos recursos para aprender historia y muchos intereses de los que tirar sin que sea necesario seguir un orden cronológico, sino aprovechar el material que va surgiendo y las ganas de saber cómo ocurrió tal cosa o cómo vivían tales personas.

Es un cambio en nuestra forma de aprender historia y veo a B disfrutando más de ello de esta manera.

Hace unas semanas le pregunté a Paloma cómo enfocaba ella el aprendizaje de la historia con sus hijos pequeños y me respondió con esta entrada en su blog: Historia para los más peques.
En ella, además de varias ideas muy útiles, comparte la reflexión de que es inevitable aprender historia aunque no se trabaje de una forma "académica" con libro de texto, fichas, etc.
Y tiene razón porque en cualquier momento (con una conversación, con un juego, con una película...) aparece algo que nos permite aprender sobre algún pasaje de la historia.

Hoy, mientras comíamos, mi marido nos ha hablado sobre el primer hombre que intentó volar: Ibn Firnas.
¿Le conocéis? Yo no. Y resulta que vivió en Córdoba, la Córdoba Andalusí. Un gran inventor tan nuestro y tan desconocido, como tantos otros que aportaron mucho y quedaron olvidados (científicos, exploradores, escritores... aquí mencioné a algunos de ellos).

Ya veis que muchos personajes de la historia no aparecen en los libros, al menos no en los nuestros, y una charla en la mesa nos ha hecho aprender bastante hoy.



24 de febrero de 2017

Danny and the Colorless Giants


Estamos ahora metidos de lleno en una historia de aventuras y fantasía, dentro del nivel 4 de las series en inglés.
Danny and the Colorless Giants cuenta la historia de unos niños que acuden a un mundo fantástico para ayudar a sus habitantes a recuperar los colores, ya que todo se está volviendo gris.
La imaginación es lo que les ayuda a ir afrontando los contratiempos y peligros.
De fondo encontramos una lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la belleza y la tristeza de un mundo sin colores...
Es una bonita historia con mensajes positivos. Aunque esta vez no tiene formato de cuento clásico, su ambientación es más actual.
Todavía nos quedan unos pocos episodios para terminar. ¿Conseguirán cumplir su misión?



22 de febrero de 2017

Geografía con una pelota y una naranja

Una pelota de las que venden en algunos restaurantes de carretera (que llevan un pequeño juguete dentro) nos ha venido muy bien para que B vea claro cómo la línea imaginaria llamada Ecuador divide a la Tierra en dos mitades: Hemisferio Norte y Hemisferio Sur.


Después hemos atravesado una naranja con una aguja de hacer ganchillo por los "polos", simulando que es la Tierra. Así hemos visto otra de las líneas imaginarias, el eje terrestre, a partir del cual nuestro plenta hace el movimiento de rotación.

Todo con cosas que teníamos en casa. Ha sido muy visual y nos ha permitido (a los dos) entender mucho mejor.

Hemos bajado las persianas.
Una lamparita hacía de Sol. Situando delante la naranja, hemos observado cómo en una parte era de día y en la opuesta era de noche.


¿Podéis ver el eje terrestre?
En esa foto la Tierra está derecha. Luego hemos leído y visto en algunas ilustraciones que nuestro planeta está inclinado. Así es que hemos elegido un objeto fijo de nuestro salón, una planta que tenemos en un rincón, y hemos decidido que esa era la Estrella Polar.
Con el Polo Norte de la naranja apuntando siempre hacia la Estrella Polar, hemos rotado a nuestra esfera alredededor de nuestro sol particular.
Y hemos podido comprender muy bien el transcurso de las estaciones (y sus diferencias entre los dos hemisferios porque hemos hecho la misma actividad también con la pelota de dos colores, pero en este caso sin eje).

Algunas de estas experiencias se pueden leer y disfrutar en el libro de Geografía Elemental de Charlotte Mason.



21 de febrero de 2017

Otra forma de trabajar

Con frecuencia usamos la tablet como lector de libros en pdf.
A veces sólo para leer y otras veces para mirar ejercicios que B resuelve en un cuaderno.

 



20 de febrero de 2017

La forma de la Tierra. La primera vuelta al mundo


Partimos de:
Atlas de Geografía Universal. El planeta Tierra: Su forma
Geografía Elemental de Charlotte Mason. Lecciones II y IV: Nuestro mundo

Hemos leído sobre la forma de la Tierra y de qué forma pudieron averiguar las personas que nuestro planeta es una esfera cuando todavía el ser humano no había podido viajar al espacio y observarla desde lejos.
Con su dedo sobre un punto dibujado en una pelota, B fue avanzando hacia delante y comprobó por si mismo que volvía al mismo lugar donde empezó.
Las personas, por tanto, podrían viajar siempre adelante y su camino no terminaría nunca hasta regresar al lugar de donde salieron.

Enlazamos así con el relato de la primera vuelta al mundo y preparé para él un minilibro contando el viaje y añadiendo actividades relacionadas. Ha trabajado matemáticas; ha aprendido qué es un estuario, un estrecho y un cabo; ha buscado información; ha localizado islas, ríos, océanos y países; ha conocido a Magallanes y Elcano...
Y ha trazado sobre un mapa del mundo el recorrido del viaje, usando dos colores diferentes porque cada tramo de la expedición fue dirigido por uno de ellos.



Me ha gustado mucho el resultado de hacer este material personalizado para él, esta vez no he recurrido a cosas preparadas por otros (aunque no lo rechazo para otras veces).

Vimos también el capítulo correspondiente en la serie Érase una vez los exploradores. Pero la verdad es que no me gustó porque no le vi ninguna aportación especial para el aprendizaje. Si no fuera porque ya habíamos leído la historia de esta aventura, no nos habríamos enterado de mucho.







19 de febrero de 2017

Velocidad lectora



La velocidad lectora se mide en ppm (palabras por minuto) y se cuantifica mediante una prueba que consiste en leer un texto lo más rápido posible y después contestar a unas preguntas relacionadas para valorar si además de velocidad ha habido comprensión.

Hace poco buscaba artículos sobre las pruebas de velocidad lectora en niños de primaria.
Reconozco que mi motivación interior era encontrar alguna opinión en contra de dichas pruebas. Pero no la encontré.

No es que yo piense que leer rápido es algo malo, yo misma leo rápido. Aunque no sé cuál es mi ppm porque nunca hice una de esas pruebas. Tampoco B las ha hecho nunca.

Se supone que hay una relación entre la velocidad lectora y la capacidad de comprensión, esto es lo que he sacado en claro de todos los artículos. Ningún artículo en contra. Lo más que pude leer, y sólo en uno de ellos, es que no hay ningún estudio que confirme esa relación.
Parece ser también que una baja puntuación en esas pruebas puede ser un indicador de que exista algún problema detrás que pudiera ser necesario tratar.

Lo que no termino de ver claro es esa obsesión por fomentar la velocidad lectora, por hacer una carrera, por competir.
Decía antes que yo leo rápido, pero no es algo que yo haga a propósito. Me sale así.
Sentí pena al ver algunas fotos con una línea y sobre ella los nombres de los niños a la vista de todos. Los más avanzados, los más rápidos, con su correspondiente carita sonriente. Y los más lentos con su carita triste.
Un niño que lee despacio puede que todavía no sepa leer bien o puede, como sugieren los artículos, que tenga algún problema visual o de comprensión lectora. ¿Entonces a qué viene colocarle la carita triste (sustituta de "lo estás haciendo mal)?
¿A alguien se le ocurriría adjudicarle una cara triste a un niño ciego porque ve peor que los otros?
Es igual de absurdo.

Luego viene la pregunta de para qué sirve leer rápido, cuál es el objetivo final de fomentar esa habilidad.
Y la única respuesta que he encontrado es para terminar antes y poder hacer otras cosas...

- Buenos días - dijo el principito.
- Buenos días - dijo el vendedor.
Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que calman la sed. Se toma una por semana y no se siente más la necesidad de beber.
- ¿Por qué vendes eso? - dijo el principito.
- Es una gran economía de tiempo - dijo el vendedor. - Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
- Se hace lo que se quiere...
- Yo - se dijo el principito - si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría lentamente hacia una fuente...

El Principito (Antoine de Saint-Exupéry)






17 de febrero de 2017

Juegos belgas

Han llegado a nuestras manos, desde Bélgica, varias cajas y bolsas con juguetes de segunda mano.
La mayoría son para niños más pequeños (aunque alguno voy a aprovechar para mis clases de español), pero hay varios que se han quedado con nosotros.


Estábamos un poco faltos de juegos de mesa porque B tampoco había mostrado mucho interés por ellos.
En el verano le compramos el juego de cartas Uno y fue todo un éxito, así es que tenía muchas ganas de ampliar y poder ofrecer más variedad.

El de los 200 juegos es muy parecido a los Juegos Reunidos que había cuando yo era pequeña. Varios tableros para poder usar con muchos juegos diferentes.


Cajitas multiusos para guardar las fichas.


Este de apilar copas es muy simple y al mismo tiempo suele gustar mucho.


Se trata de montar una pirámide de la que luego hay que ir quitando copas de las filas interiores sin que se caiga la torre.
Es un juego de habilidad, estrategia y concentración que se puede adaptar para hacer con otro tipo de cosas que se puedan apilar y no se rompan al caer.


El que aparece en la primera foto y se llama Top Secret tiene una temática que no me gusta mucho: espías, documentos secretos, bombas, disparos... Y tampoco me parece muy emocionante, sin embargo B está encantado con las maletitas que se van colocando sobre las ciudades.
Cuando vi el tablero con los nombres de las ciudades, enseguida pensé que podía modificar algo para convertirlo en un juego de geografía. Espero poder enseñarlo cuando prepare el material que he pensado.


El principal propósito es entretenernos y pasar buenos ratos jugando juntos.
Pero además los juegos de mesa aportan muchos aprendizajes: contar, cálculo mental, habilidades, planear estrategias, concentración, juego en equipo, saber ganar y perder, respetar las reglas del juego, poder imaginar reglas nuevas, trabajar la memoria, hacer clasificaciones, jugar con las palabras, expresarse de diferentes maneras...

¿En vuestra casa cuáles son los juegos de mesa que más gustan?






15 de febrero de 2017

A falta de plastificadora...


A falta de plastificadora, meto la hoja en una funda transparente y B trabaja sobre ella usando rotuladores de pizarra blanca y borrando con una servilleta.



14 de febrero de 2017

Saturada de tanto Montessori


Esta entrada no es una crítica a la pedagogía Montessori. Ni siquiera es una crítica a alguien. Es sólo un pensamiento en voz alta:

Últimamente parece que todas las cosas son Montessori o que todo se puede hacer al estilo Montessori.

No soy una experta en pedagogía Montessori, aunque he leído bastante sobre ella y me gusta.
Cuando B era más pequeño reproduje en versión casera varios de sus materiales y aun hoy usamos, por ejemplo, las tarjetas en tres partes (aunque nosotros las usamos de otra forma).
También tengo que decir que hay cierto material Montessori que no me gusta. Como siempre, selecciono y me quedo con lo que me sirve.

Pero de un tiempo a esta parte, casi todos los hogares que leo se han vuelto Montessori.
Y no sólo son los recursos tradicionales que conocemos, sino que ahora hay estanterías Montessori (la misma de Ikea que yo tengo en mi dormitorio, resulta que yo también duermo en una habitación Montessori), pasillos Montessori, armarios Montessori, cuartos de baño Montessori....
Se puede poner la mesa al estilo Montessori, recoger la ropa al estilo Montessori y hasta meter flores dentro de una jarra al estilo Montessori.

Pero no se puede hacer de cualquier forma.
Para que sea Montessori de verdad hay que presentar el material en bandejas y cestitas y los niños tienen que seguir unos pasos muy precisos.
Nada de ponerles las cosas de cualquier forma. Hay mucha precisión en lo que va a la derecha, en el centro o a la izquierda. Incluso instrucciones sobre lo que tenemos que decir y hacia qué cosas tenemos que dirigir nuestra mirada.
Y ellos tampoco pueden hacer las cosas de cualquier manera.
No se pueden meter las flores en la jarra como cada uno quiera, todo lleva su orden y su paso a paso.

Sí, ya sé lo que me vais a decir: Que cada una puede escribir en su blog sobre lo que quiera y que, si no me gusta, nadie me obliga a leerlo.
Y es verdad.
Pero, como escribía al principio, mi intención de hoy era pensar en voz alta.

Y para terminar, este breve texto para leer y reflexionar: No se llama Montessori, se llama sentido común.






11 de febrero de 2017

Ni amasar ni sembrar


Escuchaba hace poco que algunas personas creen que para hacer homeschooling lo ideal es vivir en el campo.
No sé cuáles son los datos de las familias que viven en la ciudad, en un pueblo o en medio del campo.
Pero sí es cierto que hay una imagen muy vista, que además queda preciosa, de niños que aprenden en casa (incluso niños escolarizados que en sus horas libres aprenden en casa de otra manera) y que cambian el pupitre por la huerta, la cuadra y el horno de pan.

A mí me encanta ver esas imágenes y entiendo a quien le parece que es ideal que los niños empleen el tiempo de esta forma, que implica un mayor contacto con la naturaleza además de todos los aprendizajes que aporta y las capacidades para poder trabajar por sí mismos obteniendo sus propios alimentos de la tierra y los animales. Y aprender también a elaborarlos.

Entiendo también a quien busca cambiar el entorno para poder ofrecer esas oportunidades a los niños.

Pero ¿todos los niños son felices amasando y sembrando?

Yo hago el pan en casa y más de una vez he intentado que B colabore. 
Él amasa un poco (no sé si porque le apetece o para agradarme) y enseguida se mira con mala cara las manos manchadas.
Es un niño al que le gusta ayudar en la cocina sólo si no va a mancharse y, sobretodo, cuando tiene que usar algún aparato. Entonces está ahí el primero dispuesto a hacerlo todo él.
Pero esa frase de "con las manos en la masa" no va con él.

Tengo plantas básicamente porque me gusta. Aunque reconozco que detrás estaba la intención de ver a mi hijo plantando, regando y observando el crecimiento de sus plantitas.
Él me dice que las plantas no son suyas, que son mías. Y después de la curiosidad inicial por la novedad, la verdad es que no las hace mucho caso.

Hay niños que no se sienten atraídos por la vida campestre entendida como actividades de amasar y sembrar.
Él es feliz grabando vídeos, editándolos y haciendo con ellos efectos de todo tipo.
Con eso experimenta sin parar y además no se mancha las manos.



4 de febrero de 2017

China

En nuestro paseo por las antiguas civilizaciones fluviales le llegó el turno a China y, como antes, el tema nos ha servido para aprender sobre historia de la China imperial y también cosas del país actual. Añadiendo el interés por el que seguramente será su animal más representativo: el oso panda.

El material usado:
China - Exploradores de la historia
China Country Lapbook
Giant Panda Lapbook
China Lapbook (creo que lo encontré en este proyecto de Meninheira)
Y dibujos para colorear sobre ropa tradicional encontrados en internet.

Como en otras ocasiones, los lapbooks no los usamos enteros. Y esta vez hemos respetado el inglés como idioma original, lo que le permite a B adquirir nuevo vocabulario en ese idioma. Sólo he traducido las textos más largos o difíciles para él.





Línea del tiempo de los inventos chinos.


Próxima parada: Grecia.



 

3 de febrero de 2017

Favorecer la necesidad de aprender algo


Hace un par de veranos le compré a B unos cuadernillos de sumas y restas con llevada.
Ya sabéis, de esos que hay un montón de cuentas para resolver en cada página.
Los cuadernillos siguen ahí, ya imaginaréis que nunca los terminó. Normal, menudo tostón...
Mi intención al comprarlos fue que practicara con esas operaciones que estaba comenzando a aprender para que cogiera soltura con ellas.
Pero claro, para él no tenía sentido porque no había una necesidad real de resolver toda esa retahíla de cuentas. ¿Para qué? ¿Por qué?

Tiempo después, con uno de sus juegos de la tablet, me decía emocionado cosas de este estilo:
... mira mamá, tengo 40 puntos y necesito llegar a 100 para poder cambiar el escenario, me faltan 60.
... mira mamá, si consigo esta misión el premio es tener el doble de puntos, entonces en vez de 100 tendré 200.

¿Cuál era la diferencia?
Que ahora sí tenía un sentido para él hacer esos cálculos. Tenía la necesidad de hacerlo para seguir avanzando niveles en ese juego que le gustaba tanto.

Para aprender, o al menos para aprender con ganas y buen ánimo, hay que tener la necesidad de adquirir ese aprendizaje.
Puede ser una necesidad práctica para resolver una situación real importante o puede ser la necesidad interior de saber más sobre las cosas que nos interesan.

Y aquí entra nuestra labor para crear esa necesidad o para no cortarla cuando sale del propio niño/a.

Hay veces (al menos a mí me pasa) que decidimos que el niño tiene que aprender algo porque es imprescindible para poder desenvolverse en el mundo en el que vive.
En este caso tendremos motivos para pensar así y si es algo que al niño no le gusta demasiado, esos motivos nos ayudarán a convencerle creando una necesidad.
Lo primero será pensar si esos motivos existen. Porque si hacemos un examen interior sincero y resulta que no los encontramos... entonces seremos nosotras las que tendremos que cambiar algo.

Os pongo el ejemplo de escribir.
Si yo le propongo a mi hijo una copia o un dictado (y hubo temporadas en que lo hice) su respuesta será: puufff.
No le gusta.
Pero yo veo importante que sepa escribir bien.
Puedo crearle la necesidad proponiéndole escribir cartas a la familia, crear su propio blog, elaborar tarjetas de felicitación cuando lleguen nuestras fiestas, escribir un diario, apuntarse a un club de algo que le guste y que tenga un foro para comunicarse con otros miembros... seguro que saldrían más ideas.
Y en ese punto ya es muy fácil que se dé cuenta de la importancia de tener una buena letra (o al menos legible) y escribir correctamente sabiendo expresar lo que quiere decir. Porque si no cumple con esto los demás no podrán entenderle.

¿Y qué ocurre cuando la necesidad de aprender algo viene del propio niño?
Nunca cortemos esa necesidad.
Nunca pensemos que es menos importante que otras tareas y ya se dedicará a ello después, si es que le sobra tiempo.
Nunca digamos que no porque es una tontería o es raro o no es lo que los otros niños quieren aprender.
Nuestros niños son únicos y sus aprendizajes también.



2 de febrero de 2017

Thumbelina


Con esta bonita historia nos iniciamos en las series de nivel 4. Con la novedad también de poder verla sin subtítulos, ya que todas las series de LittleFox que hemos visto antes tienen incorporados los subtítulos en inglés y no se pueden quitar. Al principio ayudan a entender mejor, pero luego he visto que nos centramos más en leer y el objetivo de estos ratos de vídeos es principalmente acostumbrar el oido y esforzarnos en comprender escuchando.

Thumbelina es la adaptación de un cuento de Hans Christian Andersen. Es una historia de fantasía sobre una diminuta niña que es raptada de su casa y comienza a vivir su aventura en el mundo de los animales.

Nos ha gustado mucho el estilo cuento en que está narrada, muy parecido a la primera serie que vimos: The wind in the willows.





1 de febrero de 2017

Las capas de la Tierra

Partimos del libro Atlas de geografía universal. Capítulo: El planeta Tierra. Capas Terrestres.

Imprimí un recortable de las capas de la Tierra de Actiludis (muy chulo, con solapas que se levantan para ver lo que hay debajo). B estuvo coloreando y luego pegamos encima una capa mayor para representar la atmósfera. 




Estuvimos mirando este vídeo; corto, sencillo y bien explicado.
Y completamos con el cuento La Atmósfera, la piel del mundo (descarga gratis) con el que aprendimos bastantes cosas y que además al final propone varios experimentos relacionados.

Comprobamos que el aire pesa comparando el peso de un globo desinflado y el mismo globo inflado.



Comprobamos que en el aire hay gotas de agua invisibles que se hacen visibles al entrar en contacto con una superficie muy fría (el procedimiento lo podéis leer en el cuento).


Y otros experimentos que ya los habíamos hecho antes (aquí y aquí).

¡Subhanallah! Cuando aprendemos estos temas siempre reflexionamos sobre la Creación y su perfección. La Obra de Allah es maravillosa.