Estos días B me está sorprendiendo con razonamientos matemáticos que yo había pensado dejar para más adelante por su complejidad (pensaba que él todavía no estaba preparado) y a los que él ha llegado por sí mismo.
Son las cosas que me animan y me demuestran la capacidad de los niños para aprender sin que se les enseñe o dirija, simplemente estando ahí para acompañar si lo piden y para crear oportunidades si hace falta.
El tema de
divisores y múltiplos comunes para varios números lo venimos trabajando desde hace más de un año con las regletas y varios juegos manipultaivos. Mi idea era proponerle a B dentro de un tiempo dejar las regletas y comenzar con cálculo mental o por escrito, cuando yo le viera más preprarado para ello. Pero hace poco, cuando tenía que resolver ejercicios con mínimo común múltiplo, me dijo que ya no necesitaba las regletas y mentalmente se puso a buscar estos múltiplos comunes sin que nadie le hubiese explicado cómo hacerlo de la manera tradicional (con cálculo puro y duro, sin regletas), él solo hizo sus deducciones y averiguó la forma de hacerlo. Y lo hizo bien.
Cada vez estoy más contenta con la compra de las regletas y sus usos.
Veo que realmente mi hijo aprende y avanza, muchas veces sin ayuda externa. Que de verdad le ayudan a comprender.
Me pasaba una cosa con las diviones entre dos cifras...
No encontraba el momento ni la manera de introducirlas.
Ya sabéis que en matemáticas seguimos el programa escolar y creo que desde hace un par de años ya están apareciendo en nuestro contenido estas divisiones entre números de dos cifras. Pero yo siempre las dejaba a un lado y pasaba a otra cosa o le dejaba la calculadora para que las resolviera.
Buscaba, sin éxito, una forma comprensiva de abordar este tipo de divisiones, lejos de los típicos pasos escritos que se aprenden de forma automática sin entender realmente lo que se está haciendo. Buscaba, pero no encontraba.
Y cuando leí un artículo en el que se decía que España es el único país de Europa en el que se sigue obligando a los niños a dividir entre dos cifras sin calculadora, pasé del tema definitivamente pensando que si alguna vez hacía falta para aprobar algún examen pues ya lo retomaríamos.
El otro día B resolvía una página de matemáticas mientras yo hacía otras cosas. No me había dado cuenta de que algunos de los ejercicios incluían las dichosas divisiones entre dos y tres cifras.
Y cuando me acerqué a mirar... ¡B las estaba resolviendo como si nada! Sin preguntar y sin extrañarse o bloquearse, simplemente usando el sentido común y lo que ya sabía sobre las divisiones sencillas.
¡Y yo con tantos miedos e inseguridades!
La lección aprendida es hacer el trabajo personal de mantenerse al margen, confiar y esperar.
Las cosas van llegando, muchas veces solas, sin nuestra ayuda y sin nuestras interferencias.
Supongo que nos cuesta no intervenir y son muchas las creencias que todavía tenemos que sacudirnos de encima, como creer que sólo aprenden si les enseñamos.
Son tantas las cosas que mi hijo ha aprendido sin mí que a veces pienso si mi principal función no será la de acompañarle esperando si él me pide ayuda para algo o me da a entender que puede solo y entonces yo deba únicamente quedarme a un lado y simplemente mirar.