El año pasado, casi por estas mismas fechas, escribí una entrada titulada Cambios en la que contaba cómo y por qué había decidido cambiar la forma de organizar las actividades diarias.
Ahora vengo de nuevo con los mismos cambios.
Hemos pasado días de agobios últimamente, sensación de saturación, cansancio y ratos con ganas de no hacer nada.
Hablando con mi marido sobre esto, él me dijo que para su opinión hacíamos demasiadas cosas cada día. No se refería al tiempo empleado, sino a la variedad de actividades. Me dijo también que es mejor hacer pocas cosas pero con ganas y que lo poco que se haga quede interiorizado, mejor que hacer una "carrera" de tareas con el único objetivo de terminar cada una, marcarla como hecha y pasar a la siguiente.
Yo todo esto ya lo sabía, pero a veces hace falta que venga otra persona a decirnos lo que no estamos viendo. Y es que sin darme cuenta nos habíamos dejado llevar y habíamos caído en un ritmo poco relajado.
Recordé entonces el cambio ese que hice el año anterior y decidí probarlo de nuevo.
Hemos estado trabajando así la última semana y ya sólo el hecho de terminar todo antes de comer y no dejar nada pendiente para la tarde es un gran avance (porque costaba mucho retomar por la tarde las tareas pendientes con ganas).
La forma de organizar las actividades con lo que yo llamé "días temáticos" es más o menos la misma y podéis verla en el enlace del principio. Cambia alguna cosa, pero poco.
Creo que con el paso del tiempo, a medida que B se va haciendo más mayor, necesitamos modificar cosas para adaptarnos al aprendizaje de un chico que ya no es aquel niño tan pequeño de los primeros años. Por eso, otro de los objetivos es que él sea un poco más independiente en su trabajo y no me necesite tanto tiempo a su lado. Por supuesto, siempre que haga falta atención, ayuda o acompañamiento yo estaré ahí; pero es bueno para él ver que puede hacer mucho más por sí mismo.
Creo que con el paso del tiempo, a medida que B se va haciendo más mayor, necesitamos modificar cosas para adaptarnos al aprendizaje de un chico que ya no es aquel niño tan pequeño de los primeros años. Por eso, otro de los objetivos es que él sea un poco más independiente en su trabajo y no me necesite tanto tiempo a su lado. Por supuesto, siempre que haga falta atención, ayuda o acompañamiento yo estaré ahí; pero es bueno para él ver que puede hacer mucho más por sí mismo.