Hace unos días leí
esta experiencia sobre un niño no escolarizado que había padecido las burlas de otros niños por no saberse las tablas de multiplicar.
Esta tarde hemos salido B y yo a pasear y al llegar a las pistas de deportes hemos encontrado a otro niño del pueblo. B ha entrado a jugar con él y la primera pregunta no ha sido ¿cómo estás?, ¿quieres jugar conmigo? o algo así.
El otro niño ha iniciado la conversación con ¿cuántos son dos por dos?.
- Cuatro.
- ¡Muy bien! ¿Y nueve por nueve? (un salto alto en las tablas, habrá pensado el otro niño que la pregunta era demasiado fácil y vamos a ver qué tal con una difícil...).
- Ochenta y uno.
- ¡Muy bien!
Ya, tranquilo sobre los conocimientos de mi hijo, han empezado a jugar. Aunque preguntándole antes si su madre es maestra, una pregunta que últimamente nos hacen mucho, grandes y pequeños. De hecho, las mismas personas lo preguntan más de una vez.
Resulta que B sabe las tablas de multiplicar, pero podrían preguntarle algo que no sabe. Ocurrirá porque los "exámenes" por parte de los otros niños son frecuentes y B no lo sabe todo. Nadie sabe todo.
Hay muchas cosas que mi hijo sabe y los otros niños no. También al contrario. Pero somos sólo nosotros los que tenemos que demostrar cosas.
Y curiosamente todo se centra en las matemáticas. Si te sabes las tablas todo va bien, si no te las sabes vas fatal... a nadie le importa la cantidad de otras cosas que sí sabes.
Hoy me he sentido fatal en esa situación que cuento, aunque mi hijo no le ha dado mayor importancia, porque veo muy injusto que él tenga que estar justificándose y demostrando cosas a otros.
Supongo que él se ha sentido cómodo porque ha salido airoso de las preguntas, porque el otro niño le ha dado el visto bueno y su aprobación.
Pero yo tuve ganas de llevármele de allí, de explicarle que no está obligado a demostrar nada a los otros niños, que si él no hace exámenes en casa tampoco tiene por qué hacerlos en la calle.
B podría haberle hecho también preguntas al otro, pero él es más "inocente", no tiene intenciones ocultas, no tiene necesidad de quedar por encima o demostrar que "lo mío es mejor".
Finalmente le he dejado enfrentarse sólo a la situación porque es algo que encontrará a menudo, al final no fue algo grave para B, aunque sí para mí.
Esa competición para ver quién sabe más la he vivido también por parte de los adultos.
No termino de entender por qué hay algunas personas que se ponen a la defensiva cuando dices que tu hijo no va al colegio.
Recuerdo a una persona en concreto que tenía una "guerra" conmigo para demostrar quién tenía más conocimientos, si sus hijos escolarizados o el mío. Era una especie de obsesión para probar que mi hijo iba retrasado en su aprendizaje.
Pero volviendo al tema de los niños, me da pena que tan pequeños ya tengan inculcado que sólo hay una forma de hacer las cosas, que sólo se puede aprender dentro de un aula, que sólo puedes aprender si alguien te enseña, que sólo es importante aprender las cosas que alguien ha decidido por ti y lo demás no tiene ninguna importancia, que el aprendizaje sólo es válido si apruebas un examen y que en caso contrario el aprendizaje no existe.
Nosotros somos "minoría" en los diferentes sitios en los que hemos vivido, por unas cosas o por otras. Por nuestra nacionalidad, por nuestro idioma, por nuestra religión, por nuestra forma de educar, por nuestra forma de vivir... Estar cuestionados se ha vuelto algo habitual, sobretodo cuando estamos en España (en los otros países no es algo tan marcado), confío en que estas experiencias le hagan fuerte a mi hijo y seguro de sí mismo. Insha Allah.