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5 de marzo de 2019

Lecturas... y volver a la secillez


Desde que empezó el año he modificado la forma de enfocar el aprendizaje en casi todos los sentidos, intentando simplificar todo al máximo porque veo que la sencillez proporciona aprendizajes mucho más duraderos al centrarnos en las cuestiones importantes y no perdernos entre montones de materiales y datos que no importan mucho.

En matemáticas llevamos semanas repasando conceptos de los últimos dos años, viendo lo que se retuvo realmente y lo que se olvidó o no llegó a retenerse. Las actividades son sencillas y eso las convierte en atractivas porque B no las ve como algo complicado, inalcanzable o que requiere mucho esfuerzo.
Resuelve casi todo con cálculo mental y eso le da una gran satisfacción, se siente bien. Trabajamos mucho en resolver problemas, entender las situaciones concretas que nos plantean y pensar en posibles soluciones (que no siempre tienen que ser las esperadas, lo importante es el razonamiento que hay detrás).

En gramática hemos comenzado desde lo básico otra vez, pero con un enfoque muy manipulativo (aquí lo conté) y parece que todo lo va comprendiendo con mucha facilidad. Es curioso ver como ciertos contenidos se aprenden con dificultad en un momento dado y algunos años después todo se va comprendiendo de una manera más ágil. Esto me hace pensar en esperar para muchas cosas y no tener tanta prisa.

El resto de actividades no se dividen tanto en materias separadas, más bien son proyectos que engloban cuestiones muy diversas.
Nos va muy bien dedicar un día a cada uno en vez de hacer muchas cosas diferentes en un mismo día. Según B va creciendo, algunas cosas cambian y resultan mejor de otra forma.

Dentro de lo que habíamos llamado "Mi viaje por el mundo" (conocimiento de países) me paré a pensar en lo absurdo de una parte de las cosas que estábamos haciendo.
Creo que el aprendizaje de algo surge por dos motivos posibles: me interesa saberlo o necesito saberlo.
B rellenaba viñetas con datos como número de habitantes, superficie del país, cosas interesantes que se pueden hacer... Y cuando llevaba dos países "recorridos" yo me pregunté para qué necesitaba saber esas cosas (que realmente no las estaba aprendiendo, sino que sólo copiaba).
¿Era un interés personal suyo? De ser así me parece perfecto, pero no era el caso.
¿Lo necesitaba para algo? No. Si alguna vez surge viajar a esos lugares ya miraremos entonces todo lo que queramos saber.
¿Es útil dejar esas cosas anotadas? Otra vez no, porque en caso de necesidad se consultan rápidamente en un libro o internet.

Cuando B ha preguntado por un país o ciudad, hemos buscado todo lo que él quería saber.

¿Qué hacemos ahora?
He recopilado todos los libros que tenemos en casa sobre viajes, historias de lugares, mapas, curiosidades de los países.... Y simplemente leemos.
Recostados en el sofá, muy pegados porque el contacto físico es importante, compartimos momentos de lectura. B localiza en los mapas los lugares sobre los que lee, nos detenemos si quiere profundizar en algo, paramos, comentamos... o pasamos de largo si no hay interés. Podemos tocar temas muy diferentes si hay relación y una cosa lleva a la otra. Podemos buscar libros nuevos si él quiere ampliar información. Si no quiere, nos quedamos con los libros de casa.
Y curiosamente, al ponerme a buscar y sacar lecturas, he visto que tenemos mucho, que no hace falta estar comprando sin sentido y que es más útil sacar provecho a lo que ya tenemos. Y resulta que tenemos material de lo más interesante.


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