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29 de octubre de 2016

La tranquilidad de poder parar y asentar lo aprendido


Vamos siguiendo el libro de texto de matemáticas, que ya lo tenía comprado y por el precio que me costó estoy decidida a sacarle el máximo provecho.
Los contenidos transcurren uno detrás de otro: teoría, explicación de conceptos y ejercicios relacionados. Así vamos pasando de una cosa a la siguiente y avanzamos a un ritmo demasiado rápido.
Multiplicaciones por una cifra, por dos, por tres, sin llevada, con llevada... A este paso en pocas semanas B estará ya con las divisiones.

Es una tranquilidad y una libertad no tener ya fechas límite para aprender.
Esto nos permite parar y dejar que se asienten los conocimientos.
Y esto es lo que voy a hacer en las próximas semanas: no avanzar más y dedicarnos a todo lo que hemos visto en los últimos meses. Empezando desde las sumas y restas, empezando desde las horas y media y en punto, empezando desde el cuadrado y el triángulo...
Mucho juego simbólico (incluso actividades que recomiendan para niños más pequeños y que se pueden adaptar) y mucho manipular material.

Aprender no es una carrera para ver quién llega antes ni es pasar de un tema a otro a toda velocidad.
Es un gusto detenerse de vez en cuando e interiorizar de verdad todo lo trabajado.



5 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo Maribel, ese ha sido siempre mi objetivo. A los chicos siempre les digo que"¡ las matemåticas se tocan!" Pues hay infinidad de actividades con las que aprender muchísimo cómo construir el hiperboloide o la banda de Moebius, o la Pirámide de Pascal , en fin. No es necesario correr para llegar a ningún sitio, sino que lo que aprendamos quede de verdad interiorizado y comprendido, y sobre todo que tenga esa sensación de que es aplicable en la vida. En el caso de las matemáticas cierto es que hay partes muy complejas y abstractas, pero ellos aún no han llegado a ello, Mi mayor sí ,prácticamente anda con matemáticas de la universidad y precisamente las comprende tan bien porque ha tenido una base muy fuerte de experimentar,tocar y aplicar los conocimientos más básicos desde las tablas, operaciones variadas, hasta llegar a logaritmos,funciones,trigonometría,factorial,derivadas e integrales,etc,etc porque precisamente lo que falla es que a los niños no se les enseña bien que significan,para qué sirve, porque surgieron o se inventaron,para resolver qué cosas, simplemente les ponen un ejercicio tipo y a resolverlas. No hay edad para jugar y a mí me encanta repetir actividades que en teoría dicen que son para más chicos porque disfrutamos mucho y me llama mucho la atención la nueva forma de hacerlo que aplican los niños y como lo ven tan diferente a como la habían realizado de más peques, de igual manera que se les puede enseñar cosas que en teoría también dicen que es para más mayores....pero..¿Si les interesa, si les llama la atención? Y quien ha dicho que no deben saberlo por determinada edad?? No son yogures con una fecha de caducidad!!.

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    1. Yo lo que veo muchas veces es que ellos no saben para qué sirven algunas cosas, qué situaciones se pueden resolver con ellas, y terminan pensando que las matemáticas no sirven para nada.
      Lo bonito es encontrar la relación con temas que a ellos les gustan porque así la motivación aumenta mucho.

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  2. ¡Qué precioso es educar en casa así! Es lo ideal, aprender a su ritmo, sin prisas, sin frenos, sin obligaciones. No sabes cuánto echo de menos esta maravillosa época ahora que con Maxime estamos con muchísima presión y que Alex está escolarizado... ¡A disfrutar los dos!

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    1. Supongo que cuando se hacen mayores la cosa va cambiando. Cuando se preparan para conseguir un título ya no queda otra que ceñirse a los programas y a las fechas.
      Te quedan todavía las tardes para hacer cosas con Alex en casa.
      Besos

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    2. Pues sí... Nos queda el chino que estudiamos juntos, pero menos mal que hacemos muchas más cosas, como salidas, viajes (cuando podemos), etc., pero es cierto que echo de menos la tranquilidad de educar en casa cuando eran pequeños.

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